Un día en la vida de un Champion

A diferencia de los días previos, ese día de abril amaneció soleado, y Francisco (al que sus compañeros llamaban Sisco), estaba vistiendo a las niñas para, camino del trabajo, dejarlas en el colegio y empezar su jornada laboral.

Ese día era diferente. Aunque fuera lunes, ese día tenía la segunda sesión de capacitación de Microsoft 365 que estaban desarrollando en su empresa para mejorar las competencias de algunos compañeros del equipo en este ámbito. 


Hacía varios días que había tenido la primera sesión con una consultora magnífica que se llamaba Rocío, y todavía estaba asimilando todo lo aprendido, aunque ya había conseguido enseñar a varios de sus compañeros algunas de las funcionalidades vistas en la primera sesión (algo de lo que se sentía responsable con su rol de Champion). Estaba contento, porque sus compañeros agradecieron cada cosa que les contó (y lo que les queda), además, notaba que estaban ansiosos porque les contara todo lo que había aprendido en ésta segunda sesión. 

 

El camino había empezado para Sisco un par de meses atrás, cuando la empresa pidió voluntarios para ser "Champions" en un proyecto para adoptar la tecnología de Microsoft 365 en su organización y que lideraría un proveedor externo. Después de leer toda la información, sintió curiosidad (a él todo eso de la tecnología le gusta y la gente le dice que es un buen comunicador), y consideró que daba el perfil que demandaban. Ahora puede decir que fue una gran decisión. 

 

Al comenzar el proyecto, le agregaron a un equipo de Teams donde les fueron informando de todas las actividades que tenían pensadas para los Champions, entre ellas, estas dos sesiones de capacitación con las que tanto habían aprendido. También se quedó un poco más tranquilo cuando descubrió que, después de las sesiones, no se iba a quedar solo ante el peligro, y que dispondría del apoyo de consultores expertos para resolver cualquier duda que le sugiera. 

 

Una de las cosas que más le sorprendió es que, antes de empezar la primera sesión, le llegó a su casa el 'kit de Champion', con material exclusivo para los Champions con los colores y el logo del proyecto. Aunque, rápidamente, sus hijas se adueñaron de varios de los regalos. 

 

Al llegar al trabajo, se tomó un café, se conectó a la sesión de Teams y abrió su OneNote para tomar apuntes. Era importante acordarse de todas las buenas prácticas que les contaba Rocío, porque al final del proyecto, ya les había anunciado que medirían las competencias adquiridas por cada uno en un juego llamado TeamsChamp, y  donde se premiaría a los mejores, y sus hijas ya le habían dicho que querían esos premios en casa... ¡qué presión!






 

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